Sunday, December 31, 2006

Bon any 2007

Durant les pròximes hores, el món occidental es prepara per a rebre el 2007 i acomiadar l’any que avui deixem enrere, el 2006. Aquesta xifra serveix com a recordatori del naixement de Jesucrist, per bé que alguns fets històrics contrastats (com ara l’aparició del cometa al cel que suposadament anunciava la seva vinguda al món o la campanya d’empadronament on va participar la seva mare, Maria) situen aquesta efemèride entre el 9 i el 2 aC.

Malgrat tot, el 31 de desembre no deixa de ser un dia més per a bona part del planeta, que ha adoptat altres calendaris diferents al nostre —el gregorià— per a mesurar el temps.

La Vikipèdia es fa ressó d’alguns d’aquests sistemes aliens, essent un dels més populars el calendari jueu, que actualment es troba en el 5767 i que celebrarà l’arribada d’un nou any el proper 13 de setembre.

Pel que fa a l’emprat pels musulmans (a l’any 1428), presenta moltes semblances amb el nostre, ja que també es calcula prenent com a base els cicles lunars. Nogensmenys, l’any 1 correspon al 622 de l’era cristiana, moment en què el profeta Mahoma i els seus primers seguidors van traslladar-se des de la Meca fins a Medina.

Un cas ben peculiar és el de l’Índia, un país tan extens en superfície com en diversitat de creences… i calendaris. De fet, aquest territori asiàtic es regeix per múltiples almanacs, entre els que destaquen el Kali Iuga (que marca el 5108), el Vikram Samvat (2062) o el Shaka Samvat (1929). Una mica més a l’est, concretament a la Xina, també trobem un calendari propi, el xinès, l’oficialitat del qual s’associa a l’emperador Huang Ti, que el va establir el 2637 aC. Actualment, se situa en l’any 4073 i compta amb un total de 354 dies. El proper 18 de febrer, el gegant oriental celebrarà l’entrada d’un nou cicle anual.

De tornada a Europa, cal fer esment del calendari persa (1385) o de l’armeni (1455), introduït a Armènia pels perses al segle IV aC i molt afí al calendari egipci. L’any nou tindrà lloc el pròxim 11 d’agost. I ja per a acabar, convé al·ludir als calendaris rúnics, que actualment van per l’any 2256 i que presumiblement van néixer a la Suècia de l’Edat Mitjana.

Sigui quin sigui el vostre calendari, us desitjo el bo i millor per aquesta nova etapa, en l’idioma que preferiu.

Bon any!

Saturday, December 30, 2006

Noticias sobre historia y arqueología: resumen de 2006

Hallazgos arqueológicos milenarios, recuperación de obras pictóricas de valor incalculable, resolución de algunos enigmas históricos que tiempo atrás se antojaron indescifrables… Estas variables y otras muchas se han convertido en los denominadores comunes del 2006, un año que ha traído bajo el brazo un alud de novedades y sorpresas en el ámbito de la historia y la cultura.

Las líneas que siguen pretenden ser una síntesis de lo que han dado de sí los últimos 365 días.

Pese a que el segundo semestre ha resultado mucho más prolífico que el primero en cuanto a noticias, este también ha sido testigo de informaciones de gran interés. Una de ellas tuvo lugar en la ciudad de Málaga, donde fueron localizados algunos restos fenicios. Con motivo del singular descubrimiento, el Ayuntamiento del municipio anunció en enero que haría visitables las excavaciones, sitas en la calle del Císter. No obstante, no han sido estos los únicos vestigios púnicos que han salido a la luz en 2006: en noviembre, el arqueólogo Jorge Morín hizo pública la aparición en Madrid de una pieza de cerámica fenicia fechada en torno al siglo IX a.C., y que constituye la primera de sus características que ha podido ser recuperada en la capital de España.

Sin dejar a un lado la historia antigua, los primeros meses del año también vieron cómo la escultura griega más emblemática de la Península —una supuesta representación del dios Asclepio hallada en Empúries— fue trasladada desde el Museu d'Arqueologia de Catalunya (MAC), hasta el Museu Nacional d'Art de Catalunya (MNAC). El cambio obedeció a la necesidad de someter a la pieza a un exhaustivo proyecto de estudio y restauración, tal y como informó en abril la directora del Museu d’Arqueologia de Catalunya, Núria Rafel.

Apenas unos días antes, coincidiendo con la Semana Santa, se produjo una de las revelaciones más inesperadas e impactantes del período que nos ocupa. En efecto, National Geographic desveló la existencia de una copia en papiro del Evangelio de Judas, fechada entre los años 220 y 340 d.C. Según se desprende de este documento, Jesús habría pedido a su discípulo que lo entregara a los soldados romanos, diluyéndose así la funesta aurea que desde siempre había acompañado al apóstol traidor.

Dos meses después, el alcalde de Roses, Carles Páramo, anunció una reestructuración de la Ciutadella de Roses, un yacimiento que también atestigua la existencia de colonias helénicas en Catalunya. Según Páramo, el consistorio invertirá 475.000 euros en reorganizar la visita al recinto. Este enclave ha sido declarado bien de interés cultural y recibe cada año a 40.000 personas. Por esas mismas fechas, además, un grupo de arqueólogos que trabajaba en el yacimiento de Iruña-Veleia (Álava) descubrió las primeras palabras comunes en euskera, datadas entre los siglos III y V d.C.

Como siempre, la UNESCO hizo pública en julio la lista anual de sitios que entrarían a formar parte del Patrimonio Mundial. Esta vez, los lugares que merecieron esta distinción fueron el centro histórico de Ratisbona y Stadtamhof (en Alemania), la ciudad minera de Sewell (Chile), el yacimiento chino de Yin X (1300-1046 a.C), el puente colgante de Vizcaya (1893), Bahistún (Irán), las Strade Nuove y el sistema de los Palazzi dei Rolli de Génova, el sistema de irrigación de los aflaj (Omán), el Centro del Centenario de Wroclaw (Polonia), el paisaje minero de Cornualles y oeste de Devon (Gran Bretaña) y el Crac de los caballeros y Fortaleza de Saladino (Qal’at Salah El-Din).

El mes de agosto fue especialmente prolífico en sorpresas: a la confirmación de que los huesos del almirante Cristóbal Colón son los que reposan en la catedral de Sevilla (dato que fue corroborado gracias a las pruebas de ADN practicadas por José Antonio Lorente) se sumó la feliz recuperación de las obras El grito (en la imagen) y La Madonna, de Münch. Ambas pinturas, que habían sido sustraídas dos años atrás del Museo Münch de Oslo, fueron halladas en un almacén por la policía noruega, en buen estado de conservación.

También en agosto, un equipo de arqueólogos dirigido por el presidente del Instituto Alemán de Arqueología, Hermann Parzinger, desveló que habían localizado en las montañas de Altai, en Mongolia, una tumba perteneciente a un guerrero escita y que podría ser originaria de los siglos IV-III a.C. Mucho más reciente resulta el mausoleo descubierto en Ferreñafe, Perú. Se trata de un conjunto de 22 sepulturas con una antigüedad estimada de 1.000 años y que habría correspondido a la cultura sicán. No obstante, el suelo peruano aún tenía reservada una nueva sorpresa: la localización de una ciudadela construida hace 5.000 años y situada a 120 km al norte de la capital, Lima. La noticia se hizo pública en noviembre, de la mano de un grupo de arqueólogos peruanos y japoneses.

En octubre, el Vaticano abrió al público una extensa necrópolis romana, formada por más de 40 mausoleos y hallada tres años atrás. Según parece, los tumbas habrían albergado los cuerpos de altos dignatarios de la época imperial.

Finalmente, en un contexto más inmediato y ya en el mes de noviembre, cabe resaltar la aparición de una virgen del siglo XIII en una ermita de Benifallet (Tarragona). La talla, realizada en un estilo románico de transición, constituye un hallazgo excepcional en el marco de la llamada Catalunya Nueva. Ese día también se anunció la reapertura de un refugio antiaéreo de la Guerra Civil, sito en el barrio barcelonés de Gràcia (concretamente en la plaza del Diamant), de 250 m de longitud y rehabilitado como espacio museístico. Y casi al mismo tiempo, la ciudad de Toledo asistió al descubrimiento del primer jardín colgante documentado en la Península, así como de un tramo de la muralla musulmana (siglo VIII), ubicada en el Alcázar.

Sunday, December 24, 2006

Apuntes históricos sobre la Navidad

Cada 25 de diciembre, la Iglesia católica y buena parte de la Iglesia protestante conmemoran el nacimiento de Jesús en Belén. Sin embargo, por muchos es sabido que esta fecha no se corresponde en realidad con tal efeméride. Y es que detrás de esta convención se esconde el empeño de las autoridades eclesiásticas de erradicar una serie de festejos paganos que, durante la época romana, tenían lugar en los últimos días del calendario.

Estas celebraciones estaban estrechamente relacionadas con el solsticio de invierno —es decir, con la llegada de la noche más larga del año— y con el nacimiento de Sol Invictus o Sol Invencible, una divinidad romana cuyo natalicio, según la mitología clásica, se habría producido el 25 de diciembre. La fecha en cuestión, a su vez, ponía fin al festival de Saturnalia, dedicado al dios de la agricultura: Saturno.

La llegada al poder del emperador Constantino (247-329) y su súbita conversión tras vencer en la batalla del puente Milvio marcarían el principio del fin de estas fiestas ancestrales. Además de legalizar la nueva religión en el año 321, Constantino aprovechó su cargo como sumo sacerdote del culto al Sol Invictus para transformar el 25 de diciembre en una fiesta cristiana.

Tras su muerte, el papa Julio I oficializó esta fecha para celebrar la venida al mundo de Jesús (350). Pese a esta disposición, la Natalidad o Navidad (entendida como fiesta religiosa) aún tardaría algunos siglos en implantarse plenamente en Occidente. La Europa ortodoxa, no obstante, optaría finalmente por celebrar la llegada del hijo de Dios el 6 de enero. El motivo de esta decisión radica en la obra de un gnóstico alejandrino del siglo II: Basílides, quien escribió que Jesús nació ese día. Cierto o no, esta fecha también ha conseguido hacerse un hueco en el calendario de la Iglesia católica, que lo utiliza para conmemorar la Epifanía o la Adoración de los Reyes.

Aunque pueda parecer extraño, y siguiendo un fenómeno inverso al del 25 de diciembre, algunos símbolos navideños de origen claramente religioso han perdido su antigua significación para reinventarse en un mero elemento folklórico. El caso más evidente es quizás el de Santa Claus o Papá Noël, el anciano orondo y bonachón que cada Nochebuena desciende por la chimenea de millones de hogares para traer juguetes a niñas y niños de todo el mundo. Según parece, la leyenda, surgida en Grecia, Apulia o Anatolia y muy extendida por Europa central y los países nórdicos, se inspira en un personaje real: San Nicolás de Bari (ca. 280-ca. 350), obispo de Myra. Se cuenta que, antes de tomar los hábitos, el religioso entregó todos sus bienes a los desfavorecidos, y muy especialmente a los más pequeños. La adopción de la figura de Santa Claus fue especialmente masiva en Italia —a partir del momento en que los huesos del santo fueron trasladados a Bari, allá por el siglo XI—, en los reinos germánicos y en los Países Bajos.

Por lo que respecta al tradicional árbol de Navidad, se han apuntado antecedentes históricos correspondientes a la época romana e incluso al antiguo Egipto. En efecto, entre los rituales nilóticos para despedir el año se cuenta la quema de una palmera de doce hojas, que simbolizaban los doce meses. En el ámbito del cristianismo, fue el misionero y mártir inglés San Bonifacio (680-754) quien lo incorporó al imaginario religioso, al afirmar que un pequeño abeto que crecía en un bosque —el único que había sobrevivido a la caída de un tronco gigante— era el árbol del niño Dios. Eso sí: habrá que esperar hasta los albores del siglo XVII para asistir a la aparición de los primeros abetos decorados en Alemania. Cien años después, los colonos germanos afincados en Pennsylvania implantarían esta práctica en EE.UU.

La ornamentación del mismo también tiene, aunque sólo en parte, una raíz piadosa. Así, las estrellas evocan el cometa que, según la Biblia, guio a unos magos de Oriente hacia el lugar donde había nacido Jesús. Las actuales luces eléctricas sustituyen las ancestrales velas, símbolo de purificación, que recordaban a Jesús como la luz del mundo (ego sum lux mundi). Las campanillas representan la alegría que sienten los cristianos por la venida del Mesías, mientras que las bolas y/o manzanas simbolizan la fecundidad y la abundancia. Al respecto, hay que tener en cuenta que algunas fiestas paganas que dieron pie a la noche de Halloween se articulaban alrededor de costumbres populares en las que tenían cabida algunas frutas y que estaban dedicadas a la diosa romana Pomona. De ahí que algunas lenguas contemporáneas como el catalán (poma) o el francés (pomme) se inspirasen en esta deidad para nombrar las manzanas. Finalmente, otra de las figuras clásicas que penden del árbol de Navidad, la herradura, también detenta un origen no religioso, ya que se trata de un amuleto asociado a la buena suerte.

En cuanto a la tradición de hacer el pesebre, esta fue instaurada en la Nochebuena de 1233 por San Francisco de Asís, artífice del primer belén —o nacimiento— de la historia. Su gesto sería muy imitado en los siglos XIV y XV por muchas iglesias italianas y, más adelante, por las de otros países de Europa occidental. La Reforma luterana, que abogaba por una supresión de las representaciones iconográficas, frenaría la implantación de esta costumbre en los territorios que se subieron el carro del protestantismo.

La Península Ibérica también ofrece algunas tradiciones propias en torno a la Navidad. Como ejemplo, podría citarse la llegada de Olentzero en Euskadi, un leñador que desciende del monte para llevar obsequios a los más jóvenes. Por su parte, Catalunya mantiene vigente la costumbre de fer cagar el tió (en la foto, en una imagen de la web del Ajuntament de Barcelona). Consiste en golpear, bastón en mano, un leño decorado y cubierto con una manta. Tras recitar una canción popular, la niña o el niño aporrea el tronco y, después, descubre el misterioso bulto, que tendrá junto a él algunos regalos.

A continuación, se apunta un enlace con felicitaciones navideñas en distintos idiomas. A este listado habría que añadir las de zorionak (en euskera), bo Nadal (en gallego), feliz Nadal (en aragonés), felices Navidaes (en bable) y bon Nadau (en aranés).

Thursday, December 21, 2006

23-D: manifestación por una vivienda digna

A continuación, se detallan los lugares y las ciudades en las que tendrá lugar la macromanifestación por el acceso a una vivienda digna. En cualquier caso, el acto dará comienzo el próximo sábado, 23 de diciembre, a las 17:00h.

Los municipios que se suman a esta iniciativa, ordenados alfabéticamente, son los siguientes: Albacete, en la plaza del Altozano; Badajoz, en la plaza de San Francisco; Barcelona, en la plaza de Catalunya; Bilbo, en la plaza del Teatro Arriaga; Burgos, en la plaza del Cid; Cartagena (Murcia), en la plaza del Ayuntamiento; A Coruña, en la plaza de María Pita; Collado Villalba (Madrid), en la plaza del Ayuntamiento; Córdoba, en la plaza de las Tendillas; Elx, en la plaza de Baix; Girona, en la plaza de Correus (en La Devesa); Granada, en Fuente de las Batallas; León, en la plaza de San Marcelo; Málaga, en la plaza de la Constitución; Madrid, en la Puerta del Sol; Murcia, en la plaza de Santo Domingo; Palencia, en la plaza Mayor; Pamplona, en la plaza del Castillo; Salamanca, en la plaza Mayor; Sevilla, en la plaza Nueva; Toledo, en la plaza de Zocodover; València, en la plaza de Sant Agustí; Valladolid, en la plaza Mayor; Vigo, en la Puerta del Sol, y Zaragoza, en la plaza del Pilar.

En la imagen, la obra Casas junto al río. La ciudad vieja (1914), del pintor austriaco Egon Schiele (1890-1918).

Saturday, December 09, 2006

Un dia a Cardona: algunes propostes

La vila de Cardona, un petit municipi del Bages amb menys de 5.000 habitants, acull un dels conjunts medievals més ben conservats de Catalunya: un complex fortificat (a la imatge) erigit a finals del segle X i que aplega interessants mostres arquitectòniques de diversos períodes, especialment de l'Alta i Baixa Edat Mitjana.

Abans de visitar-lo, però, val la pena passejar pels carrers de la localitat i apropar-se a l'església de Sant Miquel, iniciada a les acaballes del segle XIII i consagrada el 1397. Tot i l’extrema sobrietat i senzillesa que caracteritza la seva façana, el seu interior, de nau única, constitueix una interessant mostra del gòtic català, hàbilment reflectit en els seus absis de perímetre heptagonal. Al seu torn, l’edifici aplega algunes peces de gran valor artístic que lliguen la història d’aquesta església a la de la dinastia comtal de Cardona.

D’altra banda, resulta encara més recomanable accedir a la muntanya de sal, ubicada a un km del nucli del poble i més concretament a la Vall Salina. Lluny de tractar-se d’un fenomen orogènic, el punt de partida de la seva formació se situa en un estany d’aigua salada sorgit 40 milions d’anys enrere i que va anar evaporant-se al llarg del temps, restant com a testimoni de la seva existència un ingent monticle de sal barrejada amb argiles i altres sediments.

La muntanya concentra tres tipus de sal: la sal comuna o de cuina (emprada des de l’Edat Mitjana pels habitants de Cardona, tal i com reflecteixen alguns documents de l’època), la sal magnèsica (amb aplicacions farmacòlogiques) i la sal potàssica (útil en la preparació d’explosius). Precisament, aquest darrer ús ha estat l’únic que ha motivat l’explotació industrial de la muntanya, iniciada el 1929 per la Unió Espanyola d’Explosius i finalitzada el 1990. Per a l’extracció de la potassa, es van perforar entre els anys 1926 i 1929 dos pous mestres batejats amb els noms d’Alberto (un dels responsables de la corporació) i de María Teresa, muller d’aquest darrer. Ambdós presentaven una profunditat que superava els 900 i els 700 m respectivament. En total, els treballs van tenir un cost de 19,5 milions de pessetes, als que s’han de sumar el 3,5 milions que la Unió Espanyola d’Explosius que el 1912 havia pagat pels terrenys.

Algunes de les instal·lacions de l’antiga Mina Nieves i dels seus edificis adjacents —com ara els vestidors dels obrers o les oficines— encara romanen dempeus molt a prop de la Vall Salina, acompanyades d’exposicions fotogràfiques i projeccions audiovisuals. De tota manera, el plat fort de la visita és l’interior de la muntanya, on es poden admirar formacions d’estalactites, estalagmites i columnes salines úniques.

Un cop descobert un dels fenòmens geològics més singulars de Catalunya, cal tornar a Cardona i accedir a la fortalesa. El seu origen es remunta al 886, moment en què el comte de Barcelona Guifré el Pilós va ordenar la construcció del castell. Un segle més tard, les campanyes militars d’Aissó i Al-Mansur, però, van obligar els habitants de la zona a fugir, per bé que el 986 Borrell II va promoure el repoblament dels voltants. Aleshores, els vescomtes d’Osona, depenents del comtat de Barcelona, van establir-se a la fortificació, bo i fundant la nissaga dels Cardona. Aquesta estirp va participar en la conquesta de nombrosos territoris que avui formen part dels Països Catalans. Amb els anys, els ocupants del castell assolirien el rang de ducs, un títol nobiliari només superat en importància pel del propi rei.

El 18 de setembre de 1714, la fortalesa va capitular davant les tropes de Felip V, aspirant al tro d’Espanya, després que aquest amancés amb la destrucció de Barcelona si el castell no es rendia. Des d’aquell moment i fins al 1903, el complex va albergar un fortí militar. Un seguit de treballs de restauració duts a terme durant els anys 60 i 70 van dotar al conjunt de la seva aparença actual i van servir per a reconvertir-lo en un parador de turisme.

Al costat del castell, s’alça l’església col·legiata de Sant Vicenç, del 1040. L’edifici és un dels millors exponents del primer romànic llombard a Catalunya i presenta unes dimensions inèdites en l’art d’aquest període, tan sols equiparables a les del monestir de Sant Pere de Rodes, l’església del monestir de Sant Pere de Casserres o la catedral de la Seu d’Urgell. En aquest sentit, la seva ubicació (a la frontera amb els territoris sarraïns) explicaria la inusual mida de la col·legiata. Just davant de l’edifici, a més, es conserva part d’un claustre gòtic del segle XIV.

Finalment, convé pujar a l’antiga torre de l'homenatge o torre de la Minyona, erigida el segle XII i amb una alçada originària de 25 m. Des d’allà es pot gaudir d’una excel·lent vista sobre la vila de Cardona, al temps que s’hi albiren algunes construccions notables, entre elles les restes de la torre Meer (construïda el 1838, durant la primera guerra carlina), la torre del Botxí (molt deteriorada) i el pont del Diable sobre el Cardener (del segle XV i inacabat).

Friday, December 01, 2006

El origen de los colores del FC Barcelona

Hace dos días, una de las entidades deportivas más relevantes de la historia, el FC Barcelona, cumplió 107 años.

A pesar de que esta efeméride parece ajena al contenido de este blog, lo cierto es que la irrupción del club —fundado por el suizo Hans Gamper y secundado por un pequeño grupo de aficionados al fútbol, un deporte poco menos que exótico en la ultramontana sociedad de 1899— pronto ejercería un impacto sin precedentes en ámbitos estrictamente extradeportivos. Las circunstancias históricas —y muy especialmente las dictaduras de Miguel Primo de Rivera y Francisco Franco, esta última vigente durante cuatro décadas— convertirían al Barça en un instrumento de reivindicación cultural, política y lingüística. Así, valiéndose de un equipo de fútbol, el pueblo catalán acabaría proyectando sus aspiraciones y, al fin y al cabo, su propia idiosincrasia. Y todo ello en un período donde resultaba impensable alzar la voz. De ahí la manida máxima de que el Barça «és més que un club».

Som la gent la blaugrana, reza el himno de una institución capaz de aglutinar gentes de toda condición y procedencia (así lo testifican sus más de 1.000 peñas oficiales repartidas por todo el mundo, incluso en Groenlandia). Ahora bien, cabría preguntarse por el origen de esta combinación de colores, presentes en una bandera que, en pleno siglo XXI, sigue despertado unas connotaciones casi religiosas.

La versión más defendida durante mucho tiempo, aunque acabó revelándose falsa, relacionaba las tonalidades de la camiseta azulgrana con el uniforme del FC Basilea (equipo en el que previamente había militado Gamper). Sin embargo, siguen en pie otras dos acerca del nacimiento de la equipación del Barça. Una de ellas alude a los antiguos lápices de dos colores (rojo y azul), muy en boga durante la época. La segunda leyenda, por su parte, cita a un grupo de escolares que disputaba un partido de fútbol en plena calle. Según parece, la madre de uno de aquellos chicos había tejido bufandas granates y azules, que permitían distinguir entre sí a los miembros de ambos equipos. Esta combinación de colores supuestamente agradó a uno de los fundadores del FC Barcelona, hasta el punto de proponerla para la zamarra de la nueva entidad.

Del mismo modo, la procedencia del actual escudo es igualmente difusa. Tras una primera etapa empleando el mismo emblema que la capital catalana, los dirigentes barcelonistas decidieron adoptar uno propio en 1910. Si bien en la web oficial de Barça se atribuye su diseño a un socio anónimo que ganó un concurso convocado por el club, existe una segunda versión mucho más pintoresca. En ella se afirma que, durante un reunión mantenida por los socios acerca de la apariencia del escudo y en la que todo el mundo hablaba a la vez, uno de ellos dio un golpe en la mesa y gritó: «Senyors, això és una olla! (¡Señores, esto es una olla!)». Acto seguido, otro de los presentes trazó sobre un papel el perfil de dicho recipiente. Inmediatamente, se resolvió que aquella forma espontánea podía ser una buena fórmula para el escudo del equipo.

En la imagen, aparecen varios jugadores luciendo el primer uniforme del FC Barcelona (fuente: www.webdelcule.com).