Dos recetas íberas (ca. siglo III a.C.)
Aunque todavía no ha sido posible traducir los textos íberos que han llegado hasta nuestros días —se han podido leer, pero se desconoce su significado—, el análisis de algunos restos cerámicos de la época ha servido para arrojar una luz acerca de la dieta seguida por esta civilización prerromana.
Sin ir más lejos, el yacimiento de La Ciutadella (sito en Calafell, Tarragona) ofrece al/a la visitante la posibilidad de conocer y elaborar algunas de las recetas consumidas durante el período que nos ocupa (siglos VII-I a.C.).
Una de ellas es la leche frita (oua sfongia ex lacte). Este postre, aún vigente, puede prepararse a la usanza de los íberos removiendo hasta su disolución cuatro huevos en 1/4 de litro de leche, al que se habrá añadido previamente una onza de aceite de oliva. Para freír la mezcla, conviene poner otra pequeña cantidad de aceite en una sartén y, en cuanto esta comienza a hervir, verter el líquido obtenido. Cuando esté cocido, se adorna con miel y pimienta y se sirve en un plato.
Otra especialidad gastronómica íbera es la cazuela de lenguados (patina solearum). Para elaborarla, hay que colocar cuatro filetes de este tipo de pescado en un recipiente con aceite y sal y añadir un poco vino blanco seco por encima. A continuación, se tritura pimienta, hinojo y orégano, y se trincha todo. Mezclad el jugo obtenido y cuatro huevos crudos hasta formar una pasta compacta. Cubrid con ella los lenguados y cocedlo todo a fuego lento. Una vez finalizada la cocción, espolvoread el plato con pimienta y servidlo.
Las dos recetas indicadas son para cuatro personas.
Se ignora cómo se consumían los alimentos durante la civilización íbera, aunque se tiene la certeza de que sus sucesores en la Península, los romanos, comían recostados y sin utilizar cubiertos.
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